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domingo, 11 de enero de 2015

El sueño, un hábito de vida saludable

¿Por qué debemos hacer del sueño un hábito?

El establecimiento de unos ritmos diarios de actividad y descanso en los que queden atendidas todas las necesidades básicas es la base para conseguir un clima de seguridad, confianza y estabilidad para los más pequeños. Favoreciendo la capacidad de anticipar acontecimientos, la adquisición de estructuras espacio-temporales, la capacidad de establecer relaciones, etc.

Además es importante educar a los niños para la adquisición de hábitos de descanso y de sueño que les permitan en el futuro llevar una vida saludable.
El sueño es una necesidad fisiológica básica, por la que se llega a un nivel mínimo de actividad física, que se acompaña de niveles variables de conciencia, cambios en los procesos fisiológicos corporales y disminución de la respuesta a estímulos externos.
Es un proceso diario, que es necesario para mantener el equilibrio físico, mental, emocional y el bienestar de la persona.


Los principales momentos del ciclo sueño-vigilia son tres:
•El adormecimiento
•El sueño
•El despertar

El sueño se divide en dos tipos diferentes: sueño lento (de ondas lentas) y sueño rápido (REM).

El proceso del sueño es el siguiente:



Sueño de ondas lentas

Se denomina así, porque en él, las ondas cerebrales son muy lentas. Este es un tipo de sueño profundo, de descanso.
Se caracteriza por ser un sueño reparador, que está asociado con un descenso del tono vascular periférico y de otras funciones vegetativas del cuerpo.
El sueño lento presenta, en todos los sujetos y con leves diferencias, cuatro fases, que vienen determinadas cada una de ellas por unas características específicas.

El sueño lento se divide en cuatro fases:

Fase I
El ritmo cardíaco es lento, la respiración lenta y profunda, y los músculos están relajados.
El sueño es tan superficial que cualquier estímulo puede desencadenar el despertar.

Fase II
Durante esta fase el nivel de consciencia está muy reducido. Un ruido puede provocar el despertar pero ya se va reaccionando menos ante los estímulos.

Fase III
Los músculos están totalmente relajados, todas las funciones vegetativas se vuelven muy lentas hasta bajar la temperatura corporal.
Sólo los sonidos muy fuertes pueden desencadenar el despertar.
El sueño es profundo.

Fase IV
La inconsciencia es completa.
La glándula pituitaria (en la base cerebral) segrega en mayor cantidad la hormona del crecimiento lo que favorece la revitalización de los tejidos.
Puede producirse enuresis (orinarse en la cama).
Durante esta fase es difícil despertarse (en esta fase es en la que se da el sonambulismo). 
Es el sueño muy profundo.


Sueño rápido o sueño REM

La definición del sueño REM quiere decir, movimiento rápido de los ojos, porque durante este tipo de sueño los ojos se están moviendo rápidamente.
Los episodios de sueños REM aparecen periódicamente durante el sueño, duran entre 5 y 30 minutos y se suelen repetir cada 90.
Cuando la persona tiene mucho sueño; cada periodo de sueño REM dura muy poco, e incluso puede no producirse. Por el contrario, a medida que la persona va descansando a lo largo de la noche va aumentando la duración de los periodos REM.

Las características del sueño REM son:

Suele asociarse con soñar.
Es más difícil despertarse mediante estímulos sensoriales, en relación con el sueño de ondas lentas.
El ritmo cardíaco y la respiración suelen ser irregulares.
Aparecen movimientos musculares irregulares, entre ellos se incluyen los movimientos rápidos de los ojos.
El cerebro está muy activo, por lo que este tipo de sueño se suele denominar "sueño paradójico", porque es una paradoja que la persona pueda estar aún dormida a pesar de la actividad de su cerebro.

Ciclo del sueño

Después de la fase de adormecimiento comienza la fase de sueño lento con la fase I y progresa hasta la fase IV. Aproximadamente a los 70-100 minutos de comenzar se pasa a la fase de "sueño rápido" (REM), con lo que se completa el ciclo, para pasar después de nuevo a las fases del "sueño lento".
La duración de las etapas de sueño lento y sueño rápido varía a lo largo de la noche; a medida que la noche avanza, los periodos REM se hacen cada vez más largos, y el sueño lento solo llega a la fase III.
Suelen darse entre 4 y 6 ciclos REM por noche.
El niño puede tener hasta un 50 al 80% de proporción de sueño REM, frente al 20% del adulto.

Ritmos y necesidades del sueño

El consumo de energía produce sensación de cansancio y de fatiga.
La alimentación y la eliminación de toxinas, favorecida esta última por el descanso y el sueño, restablecen la situación y eliminan las sensaciones de agotamiento.
El sueño es un nivel de baja vigilancia mientras que la vigilia puede incluir desde la ensoñación hasta la emoción. Por ello, se puede comprender fácilmente que la atención y la motivación requieran un cierto grado de activación o vigilia, imposible si el sujeto está fatigado.
El esfuerzo de atención consume energía en la medida en que ésta se encuentra disponible. Habrá energía disponible para mantener el esfuerzo de atención sólo si existe un adecuado grado de equilibrio entre los tiempos dedicados al descanso y los tiempos dedicados a la actividad.

Necesidades de sueño en la infancia



El descanso

Lo primero es observar al niño y entender sus signos de cansancio y sueño:
- Demasiada quietud
- Inapetencia por el juego
- Irritabilidad
- Se recuesta
- Se frota ojos, orejas…
- Llora
- Pide chupete o juguete de apego
- No presta atención

Hay que acostarle pronto: estar demasiado cansado hace que sea más difícil conciliar el sueño.

El descanso es la recuperación subsiguiente a la realización de cualquier tipo de actividad.
Entre actividad y descanso debe existir un equilibrio para evitar el agotamiento del organismo.
El descanso puede conseguirse mediante la inactividad, el sueño o realizando actividades que resulten relajantes.

Indicadores de mal sueño

- Dolor de cabeza
- Reticencia a despertarse
- No se despeja o le cuesta mucho
- Somnolencia diurna
- Se queda dormido
- Problemas de atención
- Irritabilidad

Organización de tiempos

Han de responder a los ritmos biológicos
Equilibrar momentos de actividad- juego- reposo- sueño.
Posibles actividades rutinarias previas al sueño:
- Ir al baño / cambio de pañal
- Facilitar objetos de sueño (Chupete, objeto apego)
- Descalzarse, colaborar en colocar las camas. 
- Tumbarle en la cuna/ colocarse en su cama
- Poner música relajante
- Bajar la intensidad de la luz
- Contar un cuento

Actividades para el despertar

Subir progresivamente la intensidad de la luz.
Despertarles con ternura / “recibirles” al despertar.
Respetar su ritmo.
Recoger los objetos de dormir.
Ponerse los zapatos.
Ir al baño /comprobar pañal.

Pautas para el hábito de siesta

Conseguir que el niño duerma solo.
Alcanzar la mayor autonomía antes y después de la siesta (zapatos, aseo, orden…).
Usar música relajante y/o cuento, pero retirarlo.
Dejar margen suficiente de horario de siesta para respetar diferencias (1h- 2h y ½).
Observar los signos y pautas de los niños.

En otra entrada hablaré sobre los trastornos del sueño en la infancia.

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