Al pasar por
el cuartel
se me cayó
un botón
y vino el
coronel
a pegarme
un pisotón.
¡Qué
pisotón me dio
el cacho de
animal
que estuve
siete días
sin poderme
levantar!
Las niñas
bonitas
no van al
cuartel
porque los
soldados
las pisan
el pie.
—Soldado
valiente,
no me pise
usted,
que soy
pequeñita
y me puedo
caer.
—Si eres
pequeñita
y te puedes
caer,
cómprate un
vestido
de color
café,
cortito por
delante,
larguito
por detrás
con
cuatrovolantes
y ¡adiós mi
capitán!
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